(Publicado el 29 de noviembre de 2008)
“Mas no todo está tan malo, hay personas de valor
que hay que buscarlas con lupa y con mucha precaución.”
De “Alfabeto de valores” de F. Villacís.
En economía valor no es sinónimo de precio. Aquí un ejemplo real para aclarar:
Unos meses atrás, mientras conducía mi auto por la autopista a Guayaquil, un viejo auto que venía delante de mí empezó a lanzar llamas por debajo. Me acerqué para indicarle aquello a ese conductor. Estando yo ya a menos de medio metro de su ventana explotó su motor y se desató el incendio rodante. Reduje mi velocidad y me mantuve a cien metros de ese auto hasta detenerse. Me acerqué a ayudar a apagarlo. No había agua cerca. Empezamos a echarle tierra.
Luego, de pie en la mitad de la vía, intenté detener a algún conductor que tuviera extintor. Nadie paraba. Pasaron vehículos de instituciones públicas, de la concesionaria, particulares, uno de la policía, uno de
El perjudicado empezó a llorar. Una hora antes había comprado el auto en Durán con USD2mil ahorrados desde hace diez años. Lo usaría para trabajar. Parte de
Ya de regreso a mi domicilio me preguntaba ¿por qué pocos ayudaron? Más manos lo habrían apagado más rápido. ¿Será que la sociedad ecuatoriana ya está perdida, nadie ayuda a nadie? No creo, recordé a aquel universitario que me auxilió en la misma vía cuando una volqueta que salía de las canteras de Durán se me subió en el motor y destruyó mi auto, el año pasado. Aún hay gente valiosa, sin precio. Esa es la diferencia.
¿A alguien le puede quedar la duda de que para el perjudicado los USD2mil pagados en precio por el auto no reflejan su valía en cantidad monetaria? Valía diez años de esfuerzos y reducción de su consumo.
Aquello que tiene verdadero valor para un individuo no tiene precio (responsabilidad, amistad, amor, honestidad, lealtad, valentía, etc.) para todo lo demás existe el dinero. ¿Usted, es una persona de mucha valía o una de muy alto precio? Usted hace la diferencia.
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