lunes, 24 de noviembre de 2008

El valor

(Publicado el 29 de noviembre de 2008)

“Mas no todo está tan malo, hay personas de valor

que hay que buscarlas con lupa y con mucha precaución.”

De “Alfabeto de valores” de F. Villacís.

En economía valor no es sinónimo de precio. Aquí un ejemplo real para aclarar:

Unos meses atrás, mientras conducía mi auto por la autopista a Guayaquil, un viejo auto que venía delante de mí empezó a lanzar llamas por debajo. Me acerqué para indicarle aquello a ese conductor. Estando yo ya a menos de medio metro de su ventana explotó su motor y se desató el incendio rodante. Reduje mi velocidad y me mantuve a cien metros de ese auto hasta detenerse. Me acerqué a ayudar a apagarlo. No había agua cerca. Empezamos a echarle tierra.

Luego, de pie en la mitad de la vía, intenté detener a algún conductor que tuviera extintor. Nadie paraba. Pasaron vehículos de instituciones públicas, de la concesionaria, particulares, uno de la policía, uno de la CTG, pero sus ocupantes sólo miraban, ninguno se detuvo. Incluso, casi me atropellan. Me trasladé al costado de la vía y persistí. Los empecé a contar. El conductor número 33 se detuvo a ayudarnos: era un recolector de basura. Inmediatamente, se detuvo, también, un 4x4, su conductor nos ayudó con 2 extintores. Entre los cuatro apagamos el viejo auto incendiado, que ya era sólo lata carbonizada.

El perjudicado empezó a llorar. Una hora antes había comprado el auto en Durán con USD2mil ahorrados desde hace diez años. Lo usaría para trabajar. Parte de la Carta de CompraVenta se quemó. No podría reclamar, decía.

Ya de regreso a mi domicilio me preguntaba ¿por qué pocos ayudaron? Más manos lo habrían apagado más rápido. ¿Será que la sociedad ecuatoriana ya está perdida, nadie ayuda a nadie? No creo, recordé a aquel universitario que me auxilió en la misma vía cuando una volqueta que salía de las canteras de Durán se me subió en el motor y destruyó mi auto, el año pasado. Aún hay gente valiosa, sin precio. Esa es la diferencia.

La Ley de Dios dice “Haz a otros lo que quieres que otros hagan por ti”. ¿Si ese auto hubiere explotado mientras intentábamos apagarlo y hubiéramos muerto, quienes no ayudaron se sentirían culpables?, ¿les faltó valor para ayudar?, ¿la cobardía pudo más?, ¿el apuro?

¿A alguien le puede quedar la duda de que para el perjudicado los USD2mil pagados en precio por el auto no reflejan su valía en cantidad monetaria? Valía diez años de esfuerzos y reducción de su consumo.

Aquello que tiene verdadero valor para un individuo no tiene precio (responsabilidad, amistad, amor, honestidad, lealtad, valentía, etc.) para todo lo demás existe el dinero. ¿Usted, es una persona de mucha valía o una de muy alto precio? Usted hace la diferencia.

Golpes bajos

(Publicado el 08 de noviembre de 2008)

Les entregamos el poder cuando los elegimos. Pero, no es para que se ‘atornillen’ a él, sino para que hagan respetar los derechos de los ciudadanos, con más obra pública, más salud, mayor desarrollo económico local. ¿Por qué hay tantos crímenes en nuestra ciudad, tanta corrupción, tantas autoridades locales no oriundas de aquí, tanta mala práctica médica en ese “hospital” público, tanta educación mediocre? Bueno, aquí le paso un breve razonamiento:
Del mundo griego a la actualidad, luego de los estudios políticos de Sócrates, Platón y Aristóteles, el mundo occidental desembocó en la tradición de libertad instrumentalizada a través de un sistema democrático en el que la población elige a sus gobernantes de entre los mejores o, por lo menos, de entre los menos malos.
Los ‘mejores’ saben que serán reelegidos. Sin duda. Mientras que los que se saben dentro del grupo de los ‘menos malos’ tratan de quedarse en el poder no basados en su desempeño con la población, sino adulando a los que son más poderosos que ellos y que los pudieran ayudar a continuar en el cargo.
Recuerde que aún es muy difícil, para la ciudadanía, sacar del cargo a un mal funcionario.
Un ejemplo: en la última marcha contra la inseguridad no participaron las autoridades cantonales, aún sabiendo que el repunte en nuestra ciudad se debe a que los delincuentes trasladaron sus fechorías desde el puerto principal, pues allá la policía los está atrapando. Además, se debió haber reforzado esta plaza. ¿Qué hicieron las autoridades locales? Silencio.
Otro ejemplo: ninguna institución pública de la ciudad ha cumplido, jamás, con la Ley de Transparencia. Cuidan que nadie se entera de sus sueldos ni de los contratos que firman. ¿Qué dicen las demás autoridades? Nada, piensan, supongo “mejor no ver la paja en el ojo ajeno para que nadie se fije en la viga del de uno”.
Otro ejemplo más: ninguna autoridad local elegida, reclama por las autoridades designadas, no oriundas de nuestra ciudad. Es que piensan, supongo, “si yo no lo molesto, él no me molesta y, mejor, así todos felices”.
Por eso, no es bueno que en una ciudad se elija a ‘los menos malos’; sino que se elija a ‘los mejores’.
Mientras eso no pase, la ciudadanía seguirá recibiendo ‘golpes bajos’ de estas autoridades públicas que se hacen de la vista gorda, no hacen respetar sus derechos y sólo representan a sus propios intereses.