martes, 15 de mayo de 2012

Libertad, economía y sociedad


(Publicado en mayo 12 de 2012)

Un producto que era escaso dejo de serlo. La sociedad mejora.



En este mes en que se festeja la libertad de expresión y la libertad laboral, mi amiga, Mariuxi, me comentaba su duda acerca de si demasiada libertad hiciera daño a la sociedad. No estoy muy seguro de que haya tal cosa como “demasiada” libertad, y tampoco encuentro cómo pudiera hacer daño. A largo plazo, sólo por la libertad es que logramos vivir en sociedad.
     La libertad consiste en, básicamente, que el individuo haga aquello que cree lo hará feliz sin afectar a los demás, desde la definición de John Stuart Mill. Sencillo.
     Es común errar en el intento de ser feliz, pero mientras la afectación sólo recaiga sobre sí mismo no estuviera causando problemas a la comunidad. Además (y esta es una clave del éxito personal), mientras más rápido aprenda a tomar sus decisiones más rápido aprenderá a no repetir los errores. Si afecta a otros individuos deberá responsabilizarse y pagar por los daños causados.
     Ser feliz, obviamente, implica decisiones de consumo, pero para consumir algo valorado por un individuo en 500 dólares, éste deberá -antes- producir y vender otro bien que otros individuos valoren en 500 dólares o más. Sólo así pudiera ser feliz. A esto en economía se conoce como “ley de Say”.
     Entonces, ya que en libertad no se puede obligar a nadie a consumir algo que no quiere, y ya que se cumple lo dicho por Say, cada vez que quiera un individuo cumplir sus sueños antes deberá producir bienes que los demás necesiten. Mientras más escaso haya sido tal bien, mejor, pues tendrá un precio más alto y lo ayudará a lograr su sueño pronto. ¿Nota, usted, algo interesante aquí? ¡Exacto! Mientras dicho individuo satisface esa necesidad de los demás individuos por un producto escaso, estará ganando harto dinero, pero está también atrayendo más individuos que querrán vender lo mismo para ganar harto.
     Sin embargo, el precio bajará debido a la competencia (en libertad), y el producto que era escaso -y el bienestar que brinda- llegará a más personas de menos recursos económicos.
     Resultado final: un producto que era escaso dejó de serlo. Conclusión: sociedad con más bienestar que antes.
     Sospecho que así la comunidad se convierte en sociedad, pues el individuo, para ser feliz, primero debe pensar como hacer felices a los demás.
     Ese es el resultado de la libertad: una sociedad siempre mejorando.

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