(Publicado en mayo 12 de 2012)
Un producto que era escaso dejo de serlo. La
sociedad mejora.
En este mes en que se festeja la libertad de expresión y la libertad
laboral, mi amiga, Mariuxi, me comentaba su duda acerca de si demasiada
libertad hiciera daño a la sociedad. No estoy muy seguro de que haya tal cosa
como “demasiada” libertad, y tampoco encuentro cómo pudiera hacer daño. A largo
plazo, sólo por la libertad es que logramos vivir en sociedad.
La libertad consiste en,
básicamente, que el individuo haga aquello que cree lo hará feliz sin afectar a
los demás, desde la definición de John Stuart Mill. Sencillo.
Es común errar en el intento
de ser feliz, pero mientras la afectación sólo recaiga sobre sí mismo no
estuviera causando problemas a la comunidad. Además (y esta es una clave del
éxito personal), mientras más rápido aprenda a tomar sus decisiones más rápido
aprenderá a no repetir los errores. Si afecta a otros individuos deberá
responsabilizarse y pagar por los daños causados.
Ser feliz, obviamente, implica
decisiones de consumo, pero para consumir algo valorado por un individuo en 500
dólares, éste deberá -antes- producir y vender otro bien que otros individuos
valoren en 500 dólares o más. Sólo así pudiera ser feliz. A esto en economía se
conoce como “ley de Say”.
Entonces, ya que en libertad
no se puede obligar a nadie a consumir algo que no quiere, y ya que se cumple
lo dicho por Say, cada vez que quiera un individuo cumplir sus sueños antes deberá
producir bienes que los demás necesiten. Mientras más escaso haya sido tal bien,
mejor, pues tendrá un precio más alto y lo ayudará a lograr su sueño pronto.
¿Nota, usted, algo interesante aquí? ¡Exacto! Mientras dicho individuo satisface
esa necesidad de los demás individuos por un producto escaso, estará ganando
harto dinero, pero está también atrayendo más individuos que querrán vender lo
mismo para ganar harto.
Sin embargo, el precio
bajará debido a la competencia (en libertad), y el producto que era escaso -y
el bienestar que brinda- llegará a más personas de menos recursos económicos.
Resultado final: un producto que era escaso
dejó de serlo. Conclusión: sociedad con más bienestar que antes.
Sospecho que así la
comunidad se convierte en sociedad, pues el individuo, para ser feliz, primero
debe pensar como hacer felices a los demás.
Ese es el resultado de la libertad: una
sociedad siempre mejorando.
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