miércoles, 14 de julio de 2010

PRENSA + LIBRE

(Publicado en diciembre 12 de 2009)

Si no se sugiere estos cambios a la Ley luego las ciudades

pequeñas no podrán hacerse oír en el país.


La prensa no es libre en nuestra Ciudad, la maneja la autoridad pública.

En ciudades como la nuestra, pequeñas y con amplia pobreza, los empresarios no suelen destinar mucho dinero a campañas de publicidad en medios de comunicación. Quien sí puede hacerlo es el Estado, por tanto la prensa (periódicos, radios, canales de TV) no tiene más remedio que no pelearse con las autoridades públicas, y quizá hasta adularlas diciéndoles que hacen un “gran” trabajo. Quien se pelee con la autoridad, simplemente, no recibiría contratos publicitarios, tendría pérdidas y quebraría… y detrás de cualquier medio de comunicación hay familias enteras dependiendo. Esto es muy peligroso para una sociedad, pues no habría cómo remarcarle a la autoridad sobre los errores e injusticias cometidas.

Imagine que el Alcalde de su ciudad fuera un corrupto, o que hiciera obras pequeñas a precios enormes, que el agua producida por el municipio no llegase en buenas condiciones a los pobladores, que los servicios públicos que brinda fueran un desastre, que las calles que asfalta no durasen medio año, que ubicase -disimuladamente- a sus familiares en la administración, que de la noche a la mañana se la pasara viajando por el mundo. Ahora imagine que apareciera un periodista valiente que denunciara esto, lo cual molestara en extremo al Alcalde. ¿Qué efectos tendría?:

Situación 1: quizá el dueño del periódico expulse al periodista de su trabajo, pues él no quisiera dejar de recibir el jugoso contrato de publicidad de la Municipalidad. La familia del Periodista denunciante pasaría hambre.

Situación 2: quizá no se expulse al periodista, por lo que ese Alcalde decidiera no contratar más publicidad en ese periódico. El periódico pudiera entrar en crisis económica. La familia del Periodista denunciante pasaría hambre.

Situación 3: quizá ese Alcalde decida, además de lo anterior, instalar su propio canal de televisión o periódico, lo cual es el sueño de todo político. La familia del periodista denunciante pasaría hambre.

Situación 4: o quizá decida no asistir a rendir cuentas al medio de comunicación del periodista denunciante, para bajarle el rating. Y, una vez más, la familia del Periodista denunciante pasaría hambre.

Un perfecto círculo vicioso: para que un periodista pueda mantener a su familia no puede atacar a las autoridades públicas. ¿Si usted fuera periodista lo haría y confinaría al hambre a su familia? Es de suponer que no, y que cambiaría de profesión.

Y así mismo pasa con todas las instituciones públicas (prefecturas, CNEL, etc.)… y con las empresas privadas, también, pero estas no suelen ser grandes y tampoco administran, distribuyen ni posibilitan el bienestar social.

Con este sistema, la sociedad no podrá progresar con rapidez a largo plazo en ciudades como la nuestra, pues no hay opción a la denuncia social. Por tanto, aquí acerco a los señores periodistas un par de sugerencias para que se apropien de ellas, las discutan y las propongan en la Asamblea Nacional ahora que se discute la Ley de Comunicación:

Sugerencia A: que, en las ciudades con menos de 200mil habitantes, todas las instituciones públicas (municipios, CTG, CNT, etc.) deban distribuir sus presupuestos publicitarios entre todos los medios de comunicación, en cantidades equitativas ponderadas según ratings.

Sugerencia B: que las autoridades públicas estén obligadas a acudir a los medios de comunicación cuando se los convoque, destinando para ello al menos 90 minutos por semana y reglamentando el turno en cada medio, según los diferentes niveles de autoridad.

Mucho ojo que los Concejales pudieran ayudar a normar esto en el cantón a través de una Ordenanza.

Quítese la venda de los ojos: hay que reducir la dependencia de los periodistas hacia las autoridades.

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