lunes, 11 de agosto de 2008

El poder de los Alcaldes.

Publicado el 16 de febrero de 2008.-

“Gritó Emiliano Zapata ‘quiero tierra y libertad’,

y el gobierno se reía cuando lo iban a enterrar.” (Víctor Jara)


¿Alguien puede opinar que los Alcaldes de la década de los 90s eran mejores que los del 2000? No creo. Ni siquiera hay cómo hacer una comparación formal entre los de la una y la otra década. ¿Y, por qué los de ahora son mejores que los de antes? Sencillo: porque desde la última constitución (1998) los recursos llegan, directamente, a los municipios, aunque esto fue perfeccionado por el Presidente Gustavo Noboa.

La percepción de la gente es que los Alcaldes de ahora son cada vez mejores. ¿O no? Recuerde, señor lector, lo que se rumora cada vez que vivimos un año electoral: “si se relanza Jacobo, vuelve a ganar”, se decía; “si se lanza Coello, lo reeligen”, se dijo; “si participa, Paco, vuelve a ganar”, se dice ahora. ¿O no?

Lo que realmente está pasando es que ahora los Alcaldes tienen más fondos para hacer obras. Antes de 1998 el Alcalde debía enviar el proyecto a Quito, allá se lo aprobaban y le enviaban el dinero. Eso tardaba meses, pues había que ser amigo de los burócratas capitalinos y ellos reclamaban un pedazo del contrato. Hasta que llegaba el dinero al cantón ya, quizá, el pueblo había expulsado al Alcalde culpándolo del retraso de la obra.

Desde el año 2000 en adelante los Alcaldes han sido reelegidos, en una proporción importante, en todo el país… debido a la percepción de que “está haciendo bastante”.

No quiero decir, con esto, que los Alcaldes (desde el 2000 hasta ahora) no sean buenos administradores, entre ellos -lógicamente- habrá diferencias en eficiencia. Lo que sí quiero sugerir es que los Alcaldes de antes del 2000 ni siquiera tuvieron la posibilidad de demostrar cuán buenos pudieran ser al no contar con los recursos con los que cuentan los actuales.

Hoy en día, que se está discutiendo la nueva constitución, se debiera promover que se incremente la proporción que viene como transferencia mensual desde el gobierno central, de 15% a un 30% ó 40%. Con eso los Alcaldes pudieran hacer muchas más obras que desarrollarían sus cantones en todo el país. Ése es el secreto en los países que ahora son desarrollados: los servicios públicos, la infraestructura y la justicia están bastante desconcentrados y son provistos a nivel local. El que resuelve los problemas es el Gob. Local, no el nacional. Un Alcalde tiene el poder para resolver los problemas públicos, pero ése poder depende mucho de que cuente con el dinero suficiente.

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