lunes, 11 de agosto de 2008

Transporte urbano: SÓLO ENLATADOS

Publicado el 20 de mayo de 2006.-

Lunes, 13h00. El sol quema. Escolares y colegiales van camino a casa. Esperan el bus, pero atosigan el tránsito. El ambiente es sofocante. En el horizonte aparece un "coleto" jugando a las carreras con otro. Dentro del mismo se escucha:

- ¡Para chofer!

- ¡¿Qué, she queda?! - Responde desentendido.

- Entonces, ni modo que te lo diga para ver si te sirven los frenos. - Dice el pasajero.

- Ya, primosh, bóteshe al vuelo con el pie derecho al frentesh.

Y sigue un chirrido espeluznante del automotor: es que el chofer usó su freno trasatlántico (De esos que se aplican aquí pero realmente detienen el vehículo a 25 metros, cual buque en alta mar). Al fin se detiene, pasan más minutos de los suficientes en la esquina del colegio más grande de la ciudad. Ya está el cacharro repleto, pero el chofer no comprende. Se escucha:

- Ya dale, pues chofer, que no tengo todo el día.

- ¡Madrugue, puesh primo, shsh, shi no mejor váyashe en taxshi, pero a mi no me j_ _ _! - Y continúa llamando más víctimas, perdón, pasajeros de una manera muy particular:

- ¡La llevo, mamashita! - Logra decir mientras se le desorbitan los ojos cual cangrejo fugitivo.

- Pasha pronto pela'o, shsh. Shiga para el fondo que eshtá vashío. ¡Pilash, ñaño, que en el fondo entran sheis!

El "coleto" está a reventar, pero siguen metiéndole más gente. Todo es realizado con una técnica que parece copiada de Sardinas Real. Empiezo a pensar que para que alguien pueda salir desde el fondo se necesitará un abrelatas.

¿…? Quizá usted sonría al leer esto, pero no tanto, porque todos lo hemos vivido. Cada año los buses son protagonistas de no pocos accidentes. Por si ello no fuera suficiente, hay que actuar con mucha cautela, pues nuestras ropas pueden dañarse o mancharse de óxido. Incluso, algunas "mentes brillantes" echan diesel sobre el piso del bus sin reparar en que el pasajero que quiera bajarse pudiera resbalar y terminar con su humanidad debajo de algún automotor que viniera en el carril de la derecha porque, ojo, dejan pasajeros donde les agarra la gana.

En definitiva, la administración del transporte es un problema mayúsculo en la ciudad. Es que se opera en un monopolio de rutas. Es cierto que los monopolizadores han adquirido buses nuevos, pero eso es lo menos que podían hacer si han obtenido las ganancias respectivas. Ahora lo que hay que mejorar es el servicio. Fuera buena idea otorgar licencias de funcionamiento a más cooperativas para que se genere más competencia y mejora natural en el servicio.

Hasta entonces… estamos en Ecuador, donde el conductor es poco hábil, el “oficial” un libidinoso y el servicio inexistente… Y los Vigilantes, “bien gracias.”.

No hay comentarios: