La Feria Taurina para los ricos, el Rodeo Montubio para los pobres (El colmo de la sandez).
“A mi edad cuando me presentan a alguien ya no me importa si es bueno, malo, rico, pobre, negro, blanco, judío, musulmán o cristiano, me basta y me sobra con que sea un ser humano… ¡Peor cosa no podría ser!”. (Mark Twain, creador de Tom Sawyer y Huckleberry Finn)
La gente. ¡Qué gente! Cuánta gente se alegra al ver sufrir a los demás. La alegría es mayor si ese sufrimiento de unos hace sentir superiores a otros.
En nuestro país a nuestra cultura la hacemos menos (Carnavales, años viejos, Etc.) y queremos extranjerizarnos asumiendo malas costumbres de otros países. Una de ellas es el asesinato de toros, en grandes plazas, a manos de tipos calzados con pantaloncillos “chicle” rojos inundados en adornos dorados, con gestos no tan masculinos, luego de toda una infame y sangrienta parafernalia. Este “Negocito” mueve millones de dólares cada año en el mundo, una muy respetable cantidad en nuestro país. Este hace que no pocas personas se sientan más “finas, exquisitas, elegantes y distinguidas”, según un narrador de lidias que conducía un programa televisivo. ¿Acaso no hay mejor negocio que divertirse con el sufrimiento de estos animales?
El desenlace de la lidia es que el tipo de los pantaloncillos “chicle” mata al toro, pero no porque sea un desborde de astucia o valentía, sino porque está armado y tiene muchos ayudantes. Además -según asociaciones contrarias al maltrato animal- 24 horas antes el toro es encerrado a obscuras, se le han limado los cuernos, le han colgado sacos de arena en el cuello, le golpearon los testículos y los riñones, le indujeron a la diarrea, le taponaron a medias la nariz con algodón, se le puso grasa en los ojos, y en las patas una sustancia que arde (Todo esto deja al toro débil, asustado y muy desorientado, mismo que al salir a la arena pareciera que quiere atacar al público, pero sólo desea temerosamente escapar). Además, las armas del de los “chicles” rojos y sus ayudantes miden: la espada 80Cms., las banderillas tienen un arpón de 8Cms., el descabello es otra espada con una cuchilla final de 10Cms.
Repensando el asunto, uno se pregunta: ¿Tanta gente aplaudiendo a un asesino de animales vestido de “chicles” rojos y en exceso amanerado, le hace bien a nuestras costumbres? ¿Así, supuestamente, pretenden quedar estos tipos como los más “machos” pues enfrentan al mismísimo toro? Discúlpeme, señor lector, pero para mí ellos no pasan de arlequines, por decir lo menos; ya los quisiera ver participando en un simple Rodeo Montubio, donde casi nunca se asesina al animal porque el concurso consiste en demostrar las destrezas del participante, no se lo ridiculiza y tampoco se ingresa al ruedo con puñales.
En otros países, incluso en España, las Ferias taurinas no tienen mucha acogida y las televisoras no las quieren transmitir. ¡Pero en el nuestro hasta la llaman JESÚS DEL GRAN PODER!
El colmo de la sandez: se cree, de forma generalizada, que la Feria Taurina es para los refinados y el Rodeo Montubio para la plebe.
Estas cosas logran que cuando yo, muy personalmente, vea (Por TV) en lidia a un toro con un “torero”, esté de parte del animal… cuadrúpedo.
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