lunes, 11 de agosto de 2008

(Patria chica) OLAs y adiós.

Publicado el 21 de junio de 2008.-

Hoy escribo en primera persona…
El mes pasado se perfeccionó, legalmente, el proceso a través del cual trasladé a la UNEMI, definitivamente, las OLAs (Olimpiadas Académicas Colegiales), ése interesante concurso anual en el cual los mejores estudiantes de más de 60 colegios de la micro región de influencia de Milagro conformada por más de doce cantones de las provincias del Guayas, Cañar y Los Ríos, eran invitados para concursar en quince materias. Estoy muy contento por esto y, además, seguro de que en el futuro el certamen tendrá las mejoras que el volumen organizativo de la universidad proporcionará.
Supongo que es de hombres confesar que no me era posible continuar encargándome de la organización de las OLAs, ya que -al ser un mortal bastante normal- debo trabajar para vivir y al concurso lo ideé con una inscripción gratuita para todo aquel que deseare participar sin importar si estuviera o no matriculado en un colegio (La libertad es mi paradigma, si no hay libertad no se hace. Simple.). Así que, necesariamente, debía encontrar una institución que al principio, únicamente y a manera de prueba, diera el aval académico, hasta que se enamorara del evento y decidiera que su importancia merecía su organización y, obvio, correr con los gastos.
Ésa organización fue siempre la UNEMI que, con el apoyo de sus directivos, siempre empujó a las OLAs hacia el éxito total. Éste 2008 estaré ausente de su organización, las extrañaré. Pero, era lo que desde el principio quise lograr…
Quise demostrar, (¡y vaya que escuché voces pesimistas año tras año!) que es posible utilizar la “Teoría Del Reforzamiento Positivo” de Skinner, que reza que se debe premiar al individuo eficiente y no castigar al que no lo es, que por “Efecto Demostración” quien no es eficiente luego quiere serlo. La mezcla se hizo con la “Técnica De Motivación Por Reconocimiento”, que deja al margen los premios con recursos económicos… y dio resultados: los colegios anhelaban ser los mejores (los Rectores se miraban con recelo el día del concurso), los colegiales querían las medallas, y a la universidad le interesaba que los graduados sean de alto nivel, pues son su materia prima. Por este lado los incentivos están en orden.
Pero, por el otro lado, había que encontrar empresas auspiciadoras, profesores universitarios de Guayaquil que elaboren las pruebas, y convencer a más de 30 ayudantes administrativos para el día del concurso.
Nada fácil, pero se hizo con la mejor predisposición… cada año desde el 2004. Los incentivos, de lado y lado, se empataban a la perfección.
Supongo que se demostró lo deseado y, además, no sé si ella lo recuerde, pero mi abuelita Enma cuando niño me había dicho que hay que hacer algo bueno por el país desde donde se esté, que no es necesario tener dinero, … y ésta es mi contribución… sin dinero (Para no variar).

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