lunes, 11 de agosto de 2008

La Sociedad Dormida (Parte II)

Publicado el 01 de abril de 2006.

¡Ah! Es que, además, los señores tienen miedo que sus mujeres les sean infieles.


“En la casa te queremos ver lavando ropa y pensando en él,

con las manos sarmentosas y la entrepierna bien jugosa!” (Tomado de “Corazones Rojos”, Los Prisioneros)



En la primera parte se analizó algunas incoherencias con sesgo sexista de nuestra sociedad. En esta parte final analizaremos cómo ello afecta a la economía.

Hay muchas otras formas de opresión psicológica indirecta, involuntarias, menos visibles, pero igual de efectivas, lo que -sin duda- logra que las mujeres crezcan sintiendo que es malo serlo y que el varón tiene mejores oportunidades. Esto pudiera hacer que vayan disminuidas al encuentro con la vida. Es hasta común escuchar a los profesionales de RRHH hablar de los trabajos “para mujeres”: servicio al cliente, banca, educación básica, ventas de mostrador y servicios públicos.

Lo antes dicho se ve reflejado en discriminaciones como la de los salarios: los varones ganan 1/3 más que las mujeres en iguales cargos.

Así, espero esté aclarado, lo que parecía un problema cultural de cada familia se convierte en un problema macroeconómico estructural del país porque en Ecuador hay más mujeres que varones, pero la (PEA) -población económicamente activa- es 4585575, de los cuales sólo están ocupados (Trabajando) 1329413 varones y 796498 mujeres (La tercera parte de ellas), y en estas tierras hay más de 12 millones de personas. Luego nos preguntamos: ¿Por qué la pobreza en Ecuador?, ¿Por qué la seguridad social es de tan mala calidad?, Etc.

La respuesta a la primera pregunta está en el no uso de la mano de obra de la mujer, pues la mayoría está en sus casas. Mejor sería, creo yo aún sabiendo que no es tan fácil, que la mujer profesional vaya a trabajar y la familia contrate una “empleada de casa”. Así, el dinero circularía y la economía se dinamizaría. Aún si la mujer titulada ganase USD200.00 y su Empl. Dom. ganase USD150.00 (Y, por tanto, no hubiese un beneficio monetario “significativo”) se justifica el trabajo de ambas por su autorrealización sentida; además, una Empl. Dom. puede satisfacer más necesidades básicas (Por diferencias de calidad) con USD150.00 que una profesional titulada… Pero no, acá solo el varón quiere trabajar, sino veamos cuántas mujeres tituladas están en sus casas… ¡Ah! Es que, además, los señores tienen miedo que sus mujeres les sean infieles en su trabajo… ¡Viva el folclor nacional: cada ladrón juzga por su propia condición, supongo!. (Pero ese tema no es de economía aunque sí que la lesiona.)

La respuesta a la segunda pregunta está en que como hay pocos ocupados la recaudación por las aportaciones al IESS son bajas, por tanto los servicios como la salud (Que es para 13millones de personas) son, necesariamente, lo más barato posibles (Mala calidad). Más o menos 1 da salud a 6.

Los países europeos debieron soportar dos guerras mundiales para aprender la importancia de este factor productivo: la mano de obra femenina, que terminó usándose hasta en los ejércitos. En América, los países que más han integrado a la mujer en la economía son EEUU, Canadá, México, Argentina, Colombia y Chile. También, son los mejor desarrollados, obviamente.

¿Ecuador, qué espera para aprovecharlo? No es cuestión de anarquía ni libertinaje, es cuestión de libertad. Aquí le dejo un pensamiento, señor lector, para su análisis en solitario: si las mujeres son las que ponen los valores en las cabezas de l@s niñ@s pudiera ser que tengan no poca responsabilidad en este sesgo sexista de nuestra sociedad en su contra.

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