Una mirada a los artrópodos que caminan entre nosotros.
“Un testaferro del traidor de los aplausos,
Un servidor de pasado en copa nueva,
Un eternizador de Dios en el ocaso, …”. (Silvio Rodríguez)
Están en todas partes, cucarachas, lo sabemos bien, incluso en aquellos lugares que parecen muy pulcros, transparentes. Son repugnantes y hacen de la mentira su Modus Vivendi. Gustan más del sector privado que del público, por supuesto.
Ω Eres cucaracha si siempre hablas de las cosas que hay que hacer y cuando llegas al poder haces todo lo contrario.
Ω Eres cucaracha si haces que el árbitro del partido juegue para tu equipo.
Ω Eres cucaracha si te arrastras por complacer tu ego.
Ω Eres cucaracha si nunca hiciste el papel de Sancho pero ya quieres hacer el de Quijote.
Ω Eres cucaracha si eres un mercader traficante de ilusiones.
Ω Eres cucaracha si ya olvidaste a Juan Boliche.
Ω Eres cucaracha si te falta Testosterona a la hora de tomar las decisiones importantes.
Ω Eres cucaracha si no estás capacitado para el cargo, pero insistes en estar allí.
Ω Eres cucaracha si vives ubicando a tus amigos (Léase compinches o concubinas) en cargos públicos para los que no están capacitados.
Ω Eres cucaracha si te quejas de casi todo.
Ω Eres cucaracha si por tu bienestar eres capaz de traicionar a quienes creyeron en ti.
Ω Eres cucaracha si solo sonríes con quienes gustan de tu sonrisa.
Ω Eres cucaracha si no quieres gloria, solo dinero.
Ω Eres cucaracha si la cara de Washington, en papeles verdes, te hace bailar sin música.
Ω Eres cucaracha si quienes consideras amigos no te consideran así.
Ω Eres cucaracha si cuando estás solo no es porque tú lo quieres, sino porque no tienes con quien compartir tus “triunfos”.
Ω Eres cucaracha si divides para vencer.
Ω Eres cucaracha si quieres poder, pero ¿Para qué, si no lo vas a reivindicar?
Eres cucaracha si aún sabiéndote descubierto en las líneas anteriores te esfuerzas por convencerte de que este escrito no es contigo.
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